SLENDERMAN The Rise of Jona: Between Heroes and Shadows

Chapter 2: Chapter : 2



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Presence sonrió de manera traviesa, inclinándose un poco hacia mí, y dijo: "Disfruta tu estancia aquí. Ya habrá algunos cambios en la historia." Su tono era ligero, pero sentía el peso de sus palabras como si me aplastaran con su mera presencia.

"Ah... bueno, sí... ¿quién eres exactamente?", pregunté, intentando no parecer nervioso, aunque fallé rotundamente. La atmósfera que lo rodeaba era tan densa que respirar a su lado parecía un desafío. Sabía que no estaba frente a alguien común.

Él me miró, impasible, aunque con una pizca de aburrimiento en sus ojos infinitamente pacientes. "Pensé que TOA ya te había hablado de mí. No importa", respondió, como si fuera una pequeña formalidad que podría obviar.

"Soy Presence, el creador omnipotente de todas las cosas en el multiverso de DC."

Sus palabras no hicieron más que confundirme aún más. "¿El creador... de todo?", repetí, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. Mi mente giraba en círculos. Bien, genial, justo lo que necesitaba, una crisis existencial mientras hablo con el maldito creador de todo lo que existe.

"¿Entonces tú... manejas todo?" Intentaba armar una respuesta coherente, aunque mis pensamientos eran un caos.

Presence esbozó una leve sonrisa, que era casi perturbadora por su calma. "Exacto", respondió, con la naturalidad de quien te dice que acaba de comprar café. "Yo escribí las reglas. Todo lo que ocurre, ya lo sé. Lo que eliges hacer, lo he visto. Así que cuando decidas con qué vas a enfrentarte a este mundo, créeme, yo lo aprobé."

Su tono me hizo sentir como si mis acciones ya estuvieran predestinadas, y no podía evitar sentir cierta incomodidad. Traté de hacer una broma ligera, esperando aliviar la tensión. "Eso suena un poquito... opresivo, ¿no?"

Pero sus ojos me atravesaron, y su mirada me hizo arrepentirme instantáneamente. No estaba bromeando, eso estaba claro.

"No soy un dictador. Solo soy el escritor de la realidad", continuó, su voz firme pero tranquila.

"Y como tal, decido otorgarte esto." Extendió su mano, y de la nada aparecieron dos dagas brillantes. La luz que emitían era casi cegadora, como si irradiaran un poder que no podía ser contenido.

"¿Qué... son estas cosas?", pregunté mientras mis ojos se posaban en las dagas que flotaban ante mí. Eran exquisitas, más allá de cualquier arma que hubiera visto jamás. Estaban envueltas en una energía divina que era casi palpable.

"Son dagas divinas, armas imbuidas con mi esencia", explicó Presence, sin perder su calma habitual. "Como están vinculadas a mí, te permitirán ejecutar poderes más allá de lo que imaginas. Pero, como todo, el potencial dependerá de ti."

Mis manos temblaban mientras las tomaba. No era por miedo, sino por la abrumadora sensación de poder que emanaban. "¿Potencial ilimitado?", murmuré. La idea de tener algo tan increíblemente poderoso en mis manos era... demasiado.

Presence asintió levemente, pero aclaró: "Más o menos. Podrás lastimar a seres que ningún humano podría ni tocar... si tu voluntad y habilidad son suficientes. Las armas solo liberarán su verdadero poder si las usas sabiamente. De lo contrario, serán solo dos cuchillos afilados."

Al sostenerlas, sentí una oleada de energía que recorría mi cuerpo. Era como si el mismo universo estuviera abriéndose ante mí. "Esto... ¿por qué me las das a mí?", pregunté. Había algo en esta situación que no me cuadraba. No era exactamente un héroe ni un elegido de ninguna clase.

Presence me observó detenidamente, como si considerara cuidadosamente sus palabras. "Porque me parece interesante", dijo finalmente. "Porque tengo curiosidad por ver cómo manejas este nuevo poder. Porque, al final, todo forma parte de un juego mucho más grande."

Las dagas brillaban en mis manos, su energía latía con vida propia, como si esperaran a ser desatadas. Sentí una mezcla de responsabilidad y emoción. No tenía ni idea de lo que se avecinaba, pero una cosa era segura: ya no había vuelta atrás.

"Y también puedes guardarlo en tu fuente de poder"-dijo presence lo cual me confundió pero de la nada las dagas vibraron y se clavaron cerca de mi corazón o en el?

Todo paso tan rápido que ni pude reaccionar

Después de esa extraña entrega de poder, Presence desapareció sin dejar rastro, y me quedé solo en ese lugar desconocido.

La realidad se distorsionó en un parpadeo, como si el aire mismo se partiera en dos. Un vértigo repentino invadió mi cuerpo, y en un suspiro, el mundo que conocía se desvaneció, reemplazado por otro, como si hubiera cruzado el umbral de un sueño lúcido.

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"Oh no...esto me da mala espina, de todos los lugares posibles porque una habitación color menta"

"Vamos a ver cómo me veo," murmuré, acercándome a un espejo mis ojos se abrieron con asombro.

"¡¿Qué demonios?!" Pedí ser atractivo, y aquí estaba, con una apariencia que apenas reconocía: pálido, delgado, con un cabello que caía descontrolado sobre mi frente.

"Esto es ridículo. ¿Por qué tengo el pelo largo? ¿Y esas ojeras? Este dios tiene un extraño sentido del humor. Al menos aparento tener 17 años."

"¿O acaso no sabía el anterior portador cómo cuidarse a sí mismo?" pensé, sintiendo la frustración crecer.

**referencia**

En ese momento, la puerta se abrió y una joven entró.

-"¡Ey! Despierta, es hora del desayuno. La comida ya está lista," dijo con un tono despreocupado.

<¿Quién es ella? ¿Familia?> me pregunté mientras trataba de mantener la calma.

"¿Por qué me miras así? Vamos, que no muerdo," dijo, sorprendida por mi reacción.

"Eh... ¿podrías decirme tu nombre?" le pedí, esforzándome por sonar casual.

"Shalom," respondió con una sonrisa que iluminaba su rostro.

"Encantado, Shalom. Vamos a comer," le dije, intentando dar un paso adelante.

"Con que de la nada tienes etiqueta solo porque hoy es tu cumpleaños verdad?"- dijo burlándose

La seguí hasta el comedor, un lugar que irradiaba elegancia. La atmósfera estaba cargada de una tensión que no podía ignorar. Mis ojos recorrieron el lugar mientras me preguntaba por qué mi supuesto padre me miraba con desdén.

-"Laven sus manos antes de sentarse," ordenó una mujer que supuse era mi madre.

-"Entendido, mamá," respondió Shalom, y yo la seguí al lavabo, que era moderno y espacioso. Miré por la ventana y vi que estábamos en el tercer piso.

<¿Cuántos pisos tiene esta casa? Y, ¿por qué el dios ese no me dio información sobre esta familia? Estoy rodeado de extraños que parecen ricos.>

"Ya pensaré en mi otra familia, que seguramente está triste."

(Psd: no lo extrañan xd)

*Cinco minutos después...*

*Chews...

 Chews...

 Ñum Ñum...*

"Delicioso," exclamé, una sonrisa involuntaria apareciendo en mi rostro. "¡Esto es increíble! Intento cuidarme, pero esta comida es excepcional."

"¿De verdad? Pensé que no te gustaba la comida extranjera," comentó Shalom con curiosidad.

"Esta es diferente. Tiene un sabor único," respondí, buscando un punto de conexión.

"Oygan No quiero que me juzguen por ser un niño raro que se enamora de la comida. No quiero que me vean así."

-"Lo que tú digas, extraño," replicó, con un guiño.

-"Papá, ¿por qué hoy pareces tan distante? Comes mucho más lento de lo habitual," preguntó Shalom, notando la tensión en la mesa.

-"¡No me hables!" Papá miró a mamá con desprecio. "¿Por qué hiciste esto?"

-"¿A qué te refieres?" respondió mamá, claramente confundida.

-"No te hagas la desentendida. Dame una razón para no cancelar nuestro matrimonio."

-"¿Qué demonios me perdí?" me pregunté, sintiéndome cada vez más perdido en la conversación.

-"¡Ya basta! No quiero escuchar más de tus mentiras. ¿Por qué sigues aquí? ¡Vete!" Papá dirigió su ira hacia mí, su rostro distorsionado por el rencor.

-"Papá, por favor, mantengamos la calma. Estoy seguro de que hay una manera de resolver esto," intercedí, sintiendo cómo la atmósfera se volvía irrespirable.

-"¡Cállate! Tú no eres de ninguna parte aquí. Nunca lo fuiste," gritó papá, señalándome con furia. "Durante 17 años, me ocultaste esta farsa. ¡Manuela! ¡17 años!"

"¿Es cierto lo que dice papá, mamá?" Shalom preguntó, sus ojos llenos de miedo.

-"..." Mamá guardó silencio, con lágrimas brotando de sus ojos. "Lo hice por ti. No quería lastimarte."

-"¡Mientes! ¡Me traicionaste!" Papá la interrumpió, su voz llena de rencor.

-"No, por favor. Te juro que nunca volveré a fallarte. ¡No me dejes!" imploró mamá, sollozando.

-"¿Cómo te atreves a decir eso?" papá se mantuvo firme.

-"Este chico no sirve para nada. No se parece a nadie de aquí, solo a ese tal Matías. Mira qué pálido y débil es," añadió, despreciando mi presencia.

<¿Cómo se atreven a juzgarme así? Fui traído aquí por Precense y TOA. No puedo quedarme callado>

Hice un gesto con la mano hacia arriba olvidando q habia un techo.

-"Mira, ya basta de locuras. Este chico no es mío. Nunca lo fue," sentenció papá.

-"Mamá, ¿dónde va a ir? dejala aquí con nosotros," imploró Shalom.

-"¡Cállate! Todo es su culpa por haberse dejado llevar. Ahora estamos atrapados en esto," contestó papá, su mirada llena de desprecio.

-"Manuela," llamó papá. "Tienes una última oportunidad. Si fallas, nunca volverás a ver a nuestra hija."

-"No, por favor. Prometo cambiar. Te necesito a mi lado," suplicó mamá, desesperada.

-"¿Cómo puedes decir eso con tanta ligereza? Has arruinado todo," replicó papá, su voz fría.

"¿Saben? Me iré de esta casa, ya calmense exagerados, pero me llevaré esto." Saqué una tarjeta de crédito que había encontrado en el bolsillo. "Al menos tengo algo en qué apoyarme."- dije con indiferencia.

*Treinta y nueve minutos después... en un restaurante...*

"Al final lo único que 'papá' quería era que me fuera ya que la perdono si yo me iba" dije con una sonrisa fingiendo estar triste.

"...Esa tarjeta era mi regalo para ti por tu cumpleaños Jona" dijo Shalom, sentada a mi lado.

-"Gracias, hermana," le respondí, sintiéndome agradecido.

"No te preocupes por mí. Siempre estaré bien. Prometo cuidar de ti. Eres lo único que tengo ahora."

-"Cuídate, hermano. No quiero que guardes rencor. No digo que perdones a mamá, solo que no dejes que esto te consuma," me aconsejó, su voz suave.

-"Lo tendré en cuenta," le dije, dándole un beso en la mejilla. "Adiós."

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Después de ese restaurante, recordé los pequeños momentos de felicidad que tuve en la casa que siempre soñé en mi vida pasada. Fue ahí cuando mis "padres" desaparecieron, como si nunca hubieran estado. Ahora, lo único que me queda lo protegeré con todo lo que soy. Mientras estaba ahí, tuve una charla con Shalom. Me dijo que no me preocupara por lo que los demás piensan de mí, que el anterior portador de este cuerpo era débil. Pero yo no soy él, y no pienso repetir su historia.

No importa lo que digan, voy a seguir adelante y haré lo necesario para proteger a quienes realmente importan. A mi manera.

¡Slenderman!

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" Y pensar q habia olvidado q tenia una asistenta, por esos pinches lujos, asistenta"

[ Si Amo ]

Voz de una mujer sono en mi cabeza mientras una ventana rpg aparecia delante de mi cara que solo yo podía ver obviamente. (Lógica de mangas)

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Fin.


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